Hace ya tiempo mandé una solicitud para ir de viaje con Cocemfe. Mi padre y yo decidimos ir a Cádiz porque nos gusta mucho Andalucía. Envíe la solicitud y en junio pregunté a una trabajadora del departamento de vacaciones de Cocemfe. Quería saber si me iban a coger o no. En principio me dijeron que sí, hablé con la trabajadora social y me dijo que estuviera tranquila, que había tiempo. Le dije a mi padre que ya teníamos reservado el viaje.
Resulta que la semana pasada me dijeron que todas las habitaciones adaptadas estaban ocupadas y me preguntaron si podría valerme una habitación normal, con bañera. Les dije que era imposible, necesito una ducha. Me enfadé y me fui, no quería más explicaciones. Era la tercera vez que lo pedía y no me salía.
Al final, el viernes pasado, hablé con el director de Cocemfe, de la residencia, que antes era jefe del departamento de vacaciones. Me dijo en ese momento que no se podía hacer nada, era muy complicado. El lunes, a primera hora de la mañana, me dijo que ya estaba arreglado, reservado y me podía ir a Cádiz. Nos iremos del 25 al 31 de julio, una semanita. No me lo esperaba y llamé enseguida a mi padre, que estaba durmiendo, y se puso muy contento. Ya lo tenemos pagado, tenemos la entrada al hotel y todo. ¡Ya no hay marcha atrás!
Necesito descansar y disfrutar a tope porque ha sido un año muy duro con los estudios. Tengo que recargarme las pilas para septiembre. Me queda otro año más y acabo los estudios.
Lau
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