En Madrid ya hay 283.315 perros censados en los 21 distritos de la capital, casi tantos como niños de 0 a 9 años, 5.422 más que durante la pandemia.
A día de hoy hay registrados 14 centros que se identifican como guarderías caninas. A Paula López de María, veterinaria, la idea de abrir una guardería canina le vino durante un viaje a Nueva York en 2016. “Me acuerdo de que estaba paseando por la ciudad y de repente vi a través de un escaparate una clase para perros. Nunca había visto en España algo así”, A su regreso a Madrid decidió abrir la guardería Wag Wag en el barrio de Prosperidad, a pocos metros del Parque de Berlín. El negocio no tiene mucho misterio. “Es como una guardería de niños, pero para perros”, explica. Los dueños dejan a su mascota en la estructura cuando no pueden atenderles, en horario de ocho de la mañana a ocho de la tarde, por una tarifa mensual de 305 euros a jornada completa o 200 a media jornada. “En estos tiempos a los perros se les quiere más que a muchos miembros de la familia” afirma Rafa Pascual, cuidador de confianza de perros desde hace 13 años. De hecho, incluso por ley, las mascotas se consideran parte de la familia, lo que significa que no podrán ser apartados de uno de sus dueños en caso de separación o divorcio.
La atención hacia estas mascotas va mucho más allá de limitarse a buscar un lugar donde se puedan quedar mientras sus amos trabajan o no están en la ciudad. Los perros también pueden acudir a la peluquería o ir de compras en boutiques exclusivas en pleno centro.
La atención hacia estas mascotas va mucho más allá de limitarse a buscar un lugar donde se puedan quedar mientras sus amos trabajan o no están en la ciudad. Los perros también pueden acudir a la peluquería o ir de compras en boutiques exclusivas en pleno centro.
Marrupe
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