El sábado, por primera vez, estuve con mi voluntaria paseando por mi barrio, Usera. La llevé a tomar una Coca-Cola. A mi madre, Ana, le cayó muy bien mi voluntaria. Trabaja en la Fundación Once con perros guía. Antes de trabajar donde está ahora mismo trabajaba con gente especializada que tenía sordoceguera. Le gusta mucho estar con personas que tienen diversidad funcional. Además, me dijo, que me iba a enseñar a jugar al ajedrez. Me va a conseguir un ajedrez para mí.
Antonio Diánez
Me alegro de que al final ya tengas una voluntaria nueva pero lo mejor es que veo que vas a aprender a jugar al ajedrez:¡bienvenido al club de los que nos encanta!
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