Una persona con discapacidad intelectual de Mallorca desea hacerse un cambio de look. Contacta por las redes sociales con unos desalmados que le ofrecen ese cambio de look. Le llevan a casa de uno de ellos y le torturan haciéndole auténticas salvajadas como coserle los dedos de los pies, pegarle la boca con pegamento o tatuarle unos genitales en la cara.
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