Una normalidad (algo) incómoda

   Bueno, se supone que ya en Madrid estamos en Fase 1. Ya la gente puede dejar de simular que va a hacer deporte y dejar pedirle el perro al vecino para sacarlo de paseo, a propósito la gente sigue dejando las cacas de los perros en la vía pública, en eso no ha cambiado nada.

   Ahora, que ya hace calor, tendrán que cambiar los horarios del paseo porque, en las horas de más calor, a ver quién es el valiente que sale a pasear.

   Todo el mundo dice que vamos volviendo a una nueva realidad, porque nos tendremos que adaptar a muchas cosas, yo lo llamo otra forma de relacionarnos.

   Las ventajas que le veo a la mascarilla: a los que somos feos nos tapa un poco la cara, no tendremos que aguantar el mal aliento y si tomamos el ascensor, después de alguien que se ha tirado un pedo, nos lo hará más llevadero.

   Los inconvenientes de llevar mascarilla: a los que usamos gafas se nos empañan rápido y hasta que te acostumbras a ella pasas un mal rato. Si tienes la suerte de coger sitio en una terraza te la tienes que bajar para dar un trago.

   Lo que vamos a vivir es otra realidad, mamparas, separación y desinfectar las manos, que ya las tengo peladas.

Marrupe