Mi querida amiga Vicky

   A raíz de quedarme sola en casa mis hijos han metido a una señora peruana en casa para que se quede conmigo.

   El otro día me contó que cuando los niños no hablan en su país existe un dicho que dice: “cuando los loros no hablan hay que darles de beber alcohol para que hablen”. Ella tenía un sobrino que con dos años no hablaba y al padre no se le ocurrió otra cosa que darle antes del desayuno una copita. Así pasaron los días y una vez que se dejó la botella a la vista del pequeño se la bebió entera y creo que el niño empezó a decir por su boca todos los improperios del mundo. El niño creo que estuvo a punto del coma etílico pero los padres tan contentos porque al fin su niño habló.

   Yo, la verdad, es que me creo bastante abierta de ideas; pero no creo que haya que emborrachar a un niño para que hable. Tengo 2 hijos, la mayor hablaba y andaba con un año, el pequeño por el contrario habló y anduvo muy tarde. Pienso que cada uno tiene su tiempo de maduración y lo único que tenemos que saber hacer los padres es esperar. Cada país tiene sus costumbres; pero no podemos aplicar lo que hacemos a los animales con lo que hacemos en los niños.

Dolores

Comentarios

  1. En efecto aberraciones así, amiga Dolores, ni con los animales y mucho menos con los niños.
    Muy de acuerdo en que cada niño madura con su propio ritmo. Buen artículo que nos hace reflexionar sobre la importancia de una buena pedagogía y lo nefasto de una mala para enseñar a los niños.

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