Estos relatos que os voy a contar han sucedido todos en carreteras comarcales de nuestra mágica y ancestral España.
El primer relato sucede en la carretera que une Valladolid y Tordesillas. Un viejo de dos metros de alto y vestido como un fraile obliga a frenar en seco a una pareja que pasaba por esa carretera a las cuatro de la madrugada. En el segundo relato un joven de 25 años recoge a una muchacha que hacía autostop a las tantas de la madrugada y la monta en su coche. Cuando llevan 30 kms recorridos la pasajera dice al conductor: "¡Ten cuidado, pues en la próxima curva me maté yo!" Asombrado el conductor mira por el espejo retrovisor y la pasajera ha desaparecido,
En la carretera que une Requena con Valencia una pareja tuvo que frenar en seco al cruzar la carretera una vieja enlutada a las cuatro de la madrugada. El conductor bajó del coche y no había ni rastro de la vieja. Por último un muchacho joven también tuvo que dar un frenazo brusco al cruzarse con una niña vestida con traje de época que parecía que iba jugando.
El primer relato sucede en la carretera que une Valladolid y Tordesillas. Un viejo de dos metros de alto y vestido como un fraile obliga a frenar en seco a una pareja que pasaba por esa carretera a las cuatro de la madrugada. En el segundo relato un joven de 25 años recoge a una muchacha que hacía autostop a las tantas de la madrugada y la monta en su coche. Cuando llevan 30 kms recorridos la pasajera dice al conductor: "¡Ten cuidado, pues en la próxima curva me maté yo!" Asombrado el conductor mira por el espejo retrovisor y la pasajera ha desaparecido,
En la carretera que une Requena con Valencia una pareja tuvo que frenar en seco al cruzar la carretera una vieja enlutada a las cuatro de la madrugada. El conductor bajó del coche y no había ni rastro de la vieja. Por último un muchacho joven también tuvo que dar un frenazo brusco al cruzarse con una niña vestida con traje de época que parecía que iba jugando.
¡Hasta el próximo relato!
Vuestro reportero favorito
Emilio
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