Estando yo tranquilamente en mi habitación esta Semana Santa oí unos gritos y a gente correr debajo de mi ventana. Me asomé y vi como unos cuantos chicos y chicas tenían a mi vecina, una adolescente tirada en el suelo. Todos le daban patadas y puñetazos. Mi impulso fue bajar a socorrerla. Pero claro ¿Dónde me meto yo? Empecé a chillarles: “¡Soltarla, dejarla!” Mis voces fueron oídas, cesó la agresión y salieron corriendo. La vecina pudo así levantarse y subir a su casa.
Creo que es un caso de bullying porque hacía pocos días que al llegar al portal estaba la policía preguntando por unos chillidos. Yo no sabía nada, pero en el momento bajó su madre y dijo que era con su hija.
Ahora tengo miedo de entrar al portal alguna tarde, encontrármelos allí y que me hagan algo.
Creo que es un caso de bullying porque hacía pocos días que al llegar al portal estaba la policía preguntando por unos chillidos. Yo no sabía nada, pero en el momento bajó su madre y dijo que era con su hija.
Ahora tengo miedo de entrar al portal alguna tarde, encontrármelos allí y que me hagan algo.
Vely
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