Barreras arquitectónicas

   A través del Centro de Día Apam nos hemos apuntado Emilio, Ángel Luís y yo a un curso sobre aprendizaje de relatos. Pues bien, lo que normalmente se tarda unos 20 minutos en llegar, tardamos más de una hora. Los pasos no están rebajados en los semáforos y teníamos que encontrar uno que sí lo estuviera. Por las aceras no entraba la silla de Ángel, la teníamos que bajar a pulso y andar por la carretera con el consiguiente peligro que eso conlleva si viene un coche ¡y un montón de sorpresas más que nos deparaba el camino!

   Yo estuve bien toda mi vida, hasta que me quedé minusválida, y la verdad es que entonces no reparaba en eso; pero ahora sí me doy cuenta de la cantidad de barreras arquitectónicas que tenemos que sortear las personas con movilidad reducida:, las entradas  a las casas tienen peldaños muy altos, los servicios en los bares están siempre abajo...

   Ruego al Ayuntamiento que piense en todas las personas que al igual que yo  están en esta situación.

Dolores


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