¡Bienvenidos a la nave del misterio! En este relato misterioso e intrigante, un hombre se dirige a casa con su hijo de 5 años en su coche. Cuando en una curva al hombre se le va el coche y atropella a un viejo gitano. Al viejo no le pasa nada, más que el golpe, así que se acerca al conductor, le pone la mano en la frente y le dice: "Adelgace".
El hombre no hace mucho caso al viejo y se marcha; pero va pasando el tiempo, semanas, meses... y el hombre va experimentado un gran cambio ¡Tenía ya un aspecto cadavérico! Así que cogió su coche y se fue a buscar al viejo gitano y le encontró. Le pidió perdón y el viejo le perdonó; pero le dijo: "Ven, que te voy a hacer un regalo y cogió y le dio una tarta. Le insistió más de una vez que para engordar de nuevo debía comérsela él solo. El hombre cogió la tarta y se fue a su casa. Dejó la tarta en la mesa de la cocina y se marchó. A esto llega el niño a casa y al ver la tarta en la cocina empieza a comérsela, un cachito, otro cachito, y cachito a cachito el niño se la comió entera.
Cuando el padre regresó a casa se encontró con el cadáver de su hijo rodeado de gusanos. Al ver la escena al padre le dio un ataque de locura y murió de un infarto fulminante cayendo a los pies de su hijo.
Esta historia me hace recordar el famoso maleficio del mal de ojo y el vudú, que son el lado oscuro de este mundo.
El hombre no hace mucho caso al viejo y se marcha; pero va pasando el tiempo, semanas, meses... y el hombre va experimentado un gran cambio ¡Tenía ya un aspecto cadavérico! Así que cogió su coche y se fue a buscar al viejo gitano y le encontró. Le pidió perdón y el viejo le perdonó; pero le dijo: "Ven, que te voy a hacer un regalo y cogió y le dio una tarta. Le insistió más de una vez que para engordar de nuevo debía comérsela él solo. El hombre cogió la tarta y se fue a su casa. Dejó la tarta en la mesa de la cocina y se marchó. A esto llega el niño a casa y al ver la tarta en la cocina empieza a comérsela, un cachito, otro cachito, y cachito a cachito el niño se la comió entera.
Cuando el padre regresó a casa se encontró con el cadáver de su hijo rodeado de gusanos. Al ver la escena al padre le dio un ataque de locura y murió de un infarto fulminante cayendo a los pies de su hijo.
Esta historia me hace recordar el famoso maleficio del mal de ojo y el vudú, que son el lado oscuro de este mundo.
Emilio
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