El día 5 de enero, la víspera de los Reyes fue mi cumpleaños. Como siempre me las prometía pasar una jornada muy feliz; pero ¡Oh, qué horror! Nada más acostarme, el día 4, empecé a sufrir unos dolores fuertísimos, enseguida supe que estaba sufriendo un cólico nefrítico. Por ser respetuosa con mi padre, que es muy mayor, aguanté los dolores hasta las siete de la mañana. A esa hora le hice levantarse y llamó enseguida a urgencias. Llegaron a las doce menos cuarto, para entonces estaba algo mejor. Me prescribieron medicación que había en casa.
Después llegó la sorpresa del día: ¡Mi primo fue a felicitarme con los niños! Me hicieron un regalito. Yo aún estaba bastante afectada; pero me ha hecho una ilusión muy grande y no se lo pude demostrar.
Después llegó la sorpresa del día: ¡Mi primo fue a felicitarme con los niños! Me hicieron un regalito. Yo aún estaba bastante afectada; pero me ha hecho una ilusión muy grande y no se lo pude demostrar.
Veli
¡Cómo pudiste haber aguantado tanto! Tenias que haber avisado enseguida, porque podría haber sido peligroso y ser más grave,¡cúrate!
ResponderEliminarMadre mía, pobrecita, me dejas admirada. Eres tan buena persona!! Espero que estés mejor ya. Pero si te ves en otra así, avisa por favor, no sea el susto mayor.
ResponderEliminarMuchas felicidades, Veli, y un beso muy fuerte!!