¡Bienvenidos de nuevo a la nave del misterio! En esta España ancestral y mágica todas las regiones tienen su misterio. En esta ocasión nos trasladamos a Barcelona, a mediados del siglo XIX. En este relato hablamos de la vampiresa de Barcelona, Enriqueta Martí Ripollés. Era una sirvienta que cada día que cada día se miraba en el espejo y se veía más vieja y llena de arrugas. Fue a ver a una mujer que le dijo que si quería rejuvenecer debería probar la sangre humana. Al saber esto salió hecha una furia; pero finalmente se decidió a hacer caso a la medium.
Se vistió con un traje negro con una gran capucha. Salió de casa en una noche de espesa niebla y acechó a una muchacha de unos 20 años hasta que la metió en un portal, le cortó el cuello y se puso a saciar su sed de sangre. No paró hasta dejarla desangrada por completo. Todas las noches de niebla salía a por sus victimas. Fueron en total 65. Tenía en jaque a toda la guardia civil. Para poder cazarla, una muchacha joven, de 25 años, esposa de un sargento se prestó como cebo. Cuando iba caminando la vampiresa la atacó metiéndola en una portal. En ese momento aparecieron 20 guardia civiles y al verse acorralada ella misma se cortó el cuello y cayó muerta a los pies de los guardias sin que pudieran capturarla.
Por si acaso, para evitar que resucitara, decidieron incinerarla.
Así acabó la historia que tuvo aterrada a toda Barcelona. ¡Hasta el próximo relato!
Se vistió con un traje negro con una gran capucha. Salió de casa en una noche de espesa niebla y acechó a una muchacha de unos 20 años hasta que la metió en un portal, le cortó el cuello y se puso a saciar su sed de sangre. No paró hasta dejarla desangrada por completo. Todas las noches de niebla salía a por sus victimas. Fueron en total 65. Tenía en jaque a toda la guardia civil. Para poder cazarla, una muchacha joven, de 25 años, esposa de un sargento se prestó como cebo. Cuando iba caminando la vampiresa la atacó metiéndola en una portal. En ese momento aparecieron 20 guardia civiles y al verse acorralada ella misma se cortó el cuello y cayó muerta a los pies de los guardias sin que pudieran capturarla.
Por si acaso, para evitar que resucitara, decidieron incinerarla.
Así acabó la historia que tuvo aterrada a toda Barcelona. ¡Hasta el próximo relato!
Emilio
Ay, madre, qué tétrico, qué miedito.
ResponderEliminar¡Enhorabuena Emilio! Tu primer número uno en Boletín ¡Disfruta la gloria!
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