Las manos de un hombre

   Despacio, con el cuerpo erguido, con la mirada triste y baja; pero con la cabeza alta. Las manos ocupadas. Una recogía con fuerza la mano de su hija, la otra repetía el gesto con la mano de quien  fue su esposa. Manos protectoras, firmes, envolventes, llenas de compasión y amor. Manos de quien se sabe fuerte ante su familia. Lentamente, preso del dolor, camina con los suyos hacia la tumba de su hija. Allí despedirán su féretro, recuerdo imposible de asimilar para un padre... La escena rebosa tragedia y, en ella, protagonistas las cálidas manos de un hombre, que expresan: " Estamos juntos, os quiero, estoy aquí para protegeros y ayudaros a soportar el dolor". Las manos, ¡Cuántas cosas dicen unas manos!

En memoria de Diana Quer, un poco hija y hermana de todos,

Dolores


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