Una corono no basta para mantener unido un matrimonio, de modo que sólo el deber explica la complicidad que después de 70 años aún fortalece el vínculo entre la Reina Isabel (91 años) y Felipe de Edimburgo (96 años). Es esta una pareja extraña en muchos sentidos, antagónica en sus personalidades, inapropiada incluso para las exigencias de la realeza británica. Ella estaba destinada a ocupar el trono, él era un oficial de la marina con aire de galán, perteneciente a una rama desarraigada y empobrecida de la nobleza europea y de ascendencia germánica, lo que en los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial era casi un estigma; sin embargo Jorge VI dio su bendición al descubrir que se amaban con auténtica pasión.
Pocos años después de su boda ambos entendieron que necesitarían mucho más que eso para que su intimidad no terminara en fracaso. Al Duque de Edimburgo se le atribuyen relaciones con Zsa Zsa Gabor y Patricia Hodge, además de con otras mujeres anónimas que fueron más bien la terapia con la que el Duque compensaba el castrante papel de consorte. Aunque probablemente Lady Penny Romsey fuera algo más que eso. Ella tenía 22 años y él 35 cuando iniciaron una íntima amistad que nunca se ha roto.
La Reina hace mucho tiempo que aceptó la otra vida de su marido. El verdadero secreto de su aceptable felicidad conyugal es el ácido sentido del humor que comparten. Nunca ha habido efusividad entre ellos, incluso procuran no tocarse en público. El humor es su mejor demostración de cariño mutuo. También en momentos duros como cuando su marido tuvo que ser ingresado que oyeron decir a la Reina: "¡No, ni mucho menos! Felipe no está dispuesto a irse ahora que vive tan relajado". tampoco suele contar ella con su marido para los paseos con sus perros que le gustan tanto.
Dos mundos muy distintos; pero que siguen riendo juntos después de 70 años.
Pocos años después de su boda ambos entendieron que necesitarían mucho más que eso para que su intimidad no terminara en fracaso. Al Duque de Edimburgo se le atribuyen relaciones con Zsa Zsa Gabor y Patricia Hodge, además de con otras mujeres anónimas que fueron más bien la terapia con la que el Duque compensaba el castrante papel de consorte. Aunque probablemente Lady Penny Romsey fuera algo más que eso. Ella tenía 22 años y él 35 cuando iniciaron una íntima amistad que nunca se ha roto.
La Reina hace mucho tiempo que aceptó la otra vida de su marido. El verdadero secreto de su aceptable felicidad conyugal es el ácido sentido del humor que comparten. Nunca ha habido efusividad entre ellos, incluso procuran no tocarse en público. El humor es su mejor demostración de cariño mutuo. También en momentos duros como cuando su marido tuvo que ser ingresado que oyeron decir a la Reina: "¡No, ni mucho menos! Felipe no está dispuesto a irse ahora que vive tan relajado". tampoco suele contar ella con su marido para los paseos con sus perros que le gustan tanto.
Dos mundos muy distintos; pero que siguen riendo juntos después de 70 años.
Dolores
Comentarios
Publicar un comentario