Te regalan un móvil, que no sabes ni como usarlo, sólo reconoces la tecla de llamar y de colgar.
Te pones a tocar botones, un poco te cuenta tu hermano; tu sobrino te da mil ideas y tocando, tocando, te encuentras atrapado en las redes sociales, en Internet y en los jueguecitos. Vamos que no tienes tiempo ni para hacer la cama.
Todos sabemos lo bueno que es tener a mano una herramienta tan poderosa, pero ¿cómo saber cuando parar?
Debemos poner un límite al uso de las nuevas tecnologías, no podemos dejar que nuestras neuronas se envuelvan en una vida virtual.
Así que más quedadas con los amigos y menos jueguecitos con "la psp" y desconéctate del móvil.
Te pones a tocar botones, un poco te cuenta tu hermano; tu sobrino te da mil ideas y tocando, tocando, te encuentras atrapado en las redes sociales, en Internet y en los jueguecitos. Vamos que no tienes tiempo ni para hacer la cama.
Todos sabemos lo bueno que es tener a mano una herramienta tan poderosa, pero ¿cómo saber cuando parar?
Debemos poner un límite al uso de las nuevas tecnologías, no podemos dejar que nuestras neuronas se envuelvan en una vida virtual.
Así que más quedadas con los amigos y menos jueguecitos con "la psp" y desconéctate del móvil.
Elvira Jiménez
Comentarios
Publicar un comentario