Este verano cuando
estaba de campamento en Almería se me rompió la silla de ruedas. Si ya es un trastorno que se rompa no podéis
imaginar lo que supone que te pase en vacaciones. Para mí la silla de ruedas no
sólo es un medio de transporte, es parte de mí, me sostiene, tiene mi forma.
Fuera de mi silla no estoy cómoda. Me tocó pasar las vacaciones en una manual y en ella me caigo hacia los
lados, estoy completamente descolocada. Samu, un monitor de la Asociación “El
Gato de 5 patas” estuvo intentando arreglarla pero no hubo manera. Tampoco dejé
que por ello se me torcieran las vacaciones y a pesar de todo lo pasé genial.
Azu
Pues si fue mala pata! Qué oportuna la avería. Menos mal que no dejaste de pasarlo bien ..
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