En Japón, en 1918, regalaron a una niña de dos años una muñeca de porcelana llamada Okiku, que iba vestida con un kimono y tenía el pelo negro. No sabemos que tenía la muñeca pero acabó con la vida de la niña. Murió al cabo de un año por unas fiebres. Lo más curioso es que a la muñeca le empezó a crecer el pelo tras morir la niña. Por eso, creía la familia, que el espíritu de la niña estaba en la muñeca y la madre empezó a cuidarla y a cortarle el pelo.
Si no os creéis la historia podéis ir a Japón y visitar el templo donde la muñeca está expuesta. Allí, todavía hoy, tienen que seguir cortándola el pelo.
Si no os creéis la historia podéis ir a Japón y visitar el templo donde la muñeca está expuesta. Allí, todavía hoy, tienen que seguir cortándola el pelo.
Irene y Laura
Jajaja. Conmigo no contéis para ver semejante muñeca japonesa.
ResponderEliminarparece la pelicula expediente warren
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